Retrato de David Hume | Allan Ramsay | 1766

Allan Ramsay deja su Escocia natal para instalarse en Italia, donde tiene tiempo de estudiar y copiar a los grandes maestros del renacimiento. A pesar de ser conocido en su país, en Italia tuvo que pintar obras de otros artistas o retratar sitios arqueológicos, los cuales eran motivos fácilmente comercializables.

Cuando vuelve a Escocia, el conocido artista, con una técnica todavía mejor que la anterior, recibe muchos encargos de retratos que le permitieron mantener tanto a las hijas de su matrimonio anterior, como a su nueva familia y, aun, a sus propias hermanas.

Los retratos de Ramsay son realmente variados. Aunque el artista se centre en un tipo muy especifico de pintura, cada retrato posee una cualidad diferente. Estos pueden ser de busto o de cuerpo entero, pueden tener rostros cálidos o expresiones duras, miran hacia el espectador o desvían la mirada, algunos están en actividad, mientras otros posan pasivamente.

Ramsay retrata a cada personaje con una individualidad poco común en el género, y creo que esta es una de las cualidades más interesantes del artista. Hoy observamos el retrato de David Hume, uno de los grandes filósofos occidentales. El mismo, fundó la corriente conocida como “empirismo”, todavía hoy vigente. En el retrato, vemos al pensador con un rostro pacifico y vestido con ropas de un intenso color rojo con detalles en dorado. Particularmente, la cosa que más me gusta del retrato es la transparencia del calado que asoma desde la manga de su brazo izquierdo. Todavía no entiendo como un artista puede lograr ese efecto…