Retrato de la familia Lomellini | Sir Anthony van Dyck | 1623

Retrato de la familia Lomellini | Sir Anthony van Dyck | 1623

El precoz y talentoso van Dyck instala, con 15 años, su primer taller de pintura en Flandes, Holanda. Durante un viaje a Londres, el artista tuvo la oportunidad de ver por primera vez el trabajo de Tiziano: la impresión que le causó fue tal que decide dejar su Holanda natal para mudarse y aprender de los grandes maestros en Italia. Corría el año 1621 y van Dyck, con 22 años, se instala en Génova, al norte del país.

Allí se dedica a los retratos, que evidentemente le proveían del dinero necesario para vivir. Se hizo famoso entre los adinerados de la ciudad y le presentan a Giacomo Lomellini, el Duque de Génova. Éste le encarga un retrato de su familia que constituirá la pintura de hoy.

Es curioso que, en Italia, los duques tuvieran prohibido posar para retratos. Asi, se evitaba que ellos hagan gala de sí mismos. Por lo tanto, Giacomo, el padre de la familia, no aparece en el retrato. Los que si aparecen son los dos hijos de su primer matrimonio, parados al fondo; su segunda esposa, sentada en el centro; y sus dos hijos menores, a la derecha de la pintura. Lo más interesante de este retrato cuasi-velazquiano (con Spaniel incluido), son las miradas de los integrantes de las familias, ya que todas apuntan a diferentes lugares: uno de los hijos mayores mira al frente, mientras otro mira hacia un costado; la madre mira al espectador de reojo y, por último, los dos niños se miran confundidos entre ellos. Las miradas hacen que este cuadro sea espontaneo, lo cual no es común en los retratos.

Tiempo después, el artista pintará para Carlos I de Inglaterra y, por ello, cambiará su nombre de Antoon a Anthony y recibirá el honor de convertirse en un sir.

~ por Álvaro Mazzino en febrero 15, 2011.